jueves, 13 de agosto de 2009

Practicando

De todos los lugares de trabajo en mi trayectoria profesional -donde buenamente figuran una lavandería atestada de manteles, toallas y sábanas provenientes de la mayor parte de hoteles de Mazarrón, Puerto y cercanías (cosa que en verano implica mucho trabajo) y, lo más chistoso, sin aire acondicionado (si en un establecimiento pequeño pones una secadora, dos lavadoras y una plancha industriales, creedme, duele); un supermercado en el que las horas extras NO se pagan y en el que, además, si tienes 16 años, no te han enseñado a detectar billetes falsos y te cuelan uno, por supuesto que la culpa es tuya y lo tienes que poner de tu bolsillo :) ; y un bar de copas al más puro estilo reggaeton/cani en pleno corazón fiestero del Puerto en el que lo más rockero que vas a oír en toda la noche va a ser un tema de Shakira... De entre todos estos lugares, me quedo con CajaMurcia, of course!

Porque con ello se aprende de todo... y tú aprendes que tu asignatura de traducción económico-financiera en la universidad sirve más bien para poco... Porque no es lo mismo que solicites un ingreso con tarjeta (entonces introducirás un 7 en tu ordenador) a que lo solicites con libreta (en ese caso, será un feliz 96); eso no te lo enseñan en la uni. Porque los miles de códigos que existen para hacer las diferentes transacciones no caben en 4 cuartillas de folio, y acabará apenándote ver que no caben más de 4 cuartillas de folio en frente de tu mostrador para que hagan las veces de chuleta. Porque el “tourist rate” varía cada día y según si compramos o vendemos libras esterlinas. Quien dice libras, dice dólares estadounidenses, canadienses o lo que se tercie. Y por supuesto varía también si la transacción de cambio de divisa se va a realizar con dinero en efectivo o si vas a ser mediante una cuenta. Porque los ingleses, aun siendo residentes, creen ser el ombligo del mundo y no van a aprender castellano, y lo que es más, dan por hecho que eres bilingüe desde que naciste. Evidente, hablamos del inglés!
Porque TODO lo que figura en esta mesa es ÚTIL y NECESARIO para hacer mi trabajo. Esto es: contador de billetes, detector de los que son falsos, lector de códigos de barras para las facturas, lector de cheques, calculadora, teléfono, grapadora, perforadora, bandejas para los recibos de las operaciones realizadas, además de las otras tantas para los tres mil distintos tipos de formularios que se necesitan para cada movimiento. Porque dos sellos distintos con los que validar las transacciones y tres impresoras diferentes me parecen pocos. Porque aquí haces grandes amistades: mi gran compañero “el dispensador” (con decir que es una máquina ya os hacéis una pequeña idea de todo lo que me quiere y del tiempo de vida que le queda). Porque la estampa del bar en el que almuerzo es única. La mesa ataviada de hombres de naranja fosforito rodeados de litronas (los basureros) que te miran como si no hubieran visto una mujer en su vida es asidua, al igual que ellos lo son a los piropos, y si se tercia, a pagarte el desayuno. Si eres tía y tienes problemas de autoestima, no lo pienses, ven a almorzar conmigo! Y, finalmente, porque descubres un mundo nuevo cuando ves cada día la imagen 06:30h en tu reloj -en mis tiempos era temprano para recogerse, no para levantarse.

En fin, que sí, que mucha queja, mucha ironía y que cría más quejica, pero lo cierto es que me divierte escribir este post (y más desde el trabajo) porque realmente estoy mejor que quiero. CajaMurcia to power!